Este viaje lo recordaré por siempre, por sus paisajes, la aventura, las vivencias, las personas con las que lo compartí y por haberme subido a un tren nuevamente, una experiencia que no recordaba desde mi niñez.
Con dos familias amigas nos aventamos a una experiencia natural, libre de celulares y tecnología. Volamos directo a Chihuahua y de ahí comenzamos a la mañana siguiente un recorrido de 5 días, que nos llevaría a través de la Sierra Tarahumara, desde Chihuahua al Pacífico, en el famoso Tren del Chepe.
Al alba fuimos a la estación de tren de Chihuahua, el frío calaba hondo en febrero y ahí muy abrigados abordamos el tren que nos llevaría a nuestra próxima estación Creel.
Ya sobre el mediodía y después de haber disfrutado del viaje, sacado mil fotos a ese paisaje desértico, donde me lo imaginé a Villa y sus dorados en épocas de la Revolución, llegamos al pueblo mágico de Creel.
Una amplia estación de tren nos esperaba en medio de las montañas, con un paisaje hermoso y un cielo azul despejado que nos invitaba a recorrer las distintas atracciones locales.
Con un guía visitamos los paisajes naturales, los monjes de piedra, compramos artesanía en el museo de arte popular y tomamos café de olla y chocolate caliente al calor del fuego encendido.
A la mañana siguiente salía el tren nuevamente hacia nuestra próxima parada, Divisadero, en la Barranca del Cobre.
Después de unas horas de viaje, donde disfrutamos el paisaje de verdes coníferas desde el vagón comedor, atravesando puentes y túneles, llegamos a la estación. De ahí directo al hotel, con una terraza a la Barranca increíblemente bella, pero más aún cuando amanece y el sol se cuela entre los cerros.
A la tarde, una caminata casi al borde del precipicio nos llena de adrenalina para irnos a una feria de artesanía del pueblo rarámuris. Los vestidos coloridos de mujeres y niños que venden sus creaciones de madera tallada, cestas y canastas de fibras vegetales llenan de magia la tarde para terminar disfrutando la representación de la danza del venado, mientras el sol va cayendo y va dando la bienvenida a la noche y las estrellas iluminan la inmensidad.
El silencio nos ayuda a un descanso placentero para al día siguiente irnos a la tirolesa más larga del mundo de 2,5 kms, en el Parque de Aventura Barrancas del Cobre. Puedes escalar, hacer rapel y si no te atreves, como yo, cruzar el cañón en teleférico y tendrás las mejores vistas a las barrancas.
Siguiendo un camino de terracería, llegamos al mirador Piedra Volada, está en una roca inestable donde puedes experimentar el balanceo. Un día más y estamos en Bahuichivo, nos alojamos en Cerocahui, y en medio de viñedos haremos una cata de vinos y recorreremos la Barranca del Urique. Y ahí en lo más profundo de la Sierra Tarahumara, el pueblo que lleva su nombre Urique, “Lugar de Barrancas”, desde su fundación, en 1690.
Para terminar nuestra travesía, en medio de un paisaje llano, el último día lo pasamos en El Fuerte, Sinaloa, lugar de origen de la Leyenda de El Zorro. Disfrutamos de ese pueblo mágico, su Plaza de Armas, su Kiosco y del Palacio Municipal, para terminar en Los Mochis, ya en el Pacífico y tomarnos nuestro avión con regreso a la CDMX.
Un viaje de Chihuahua al Pacífico, CHEPE.
Qué hermoso viaje! Un nuevo pendiente para conocer....
Experiencia única! Gracias Ali! A través de tu relato y fotos volví a disfrutar de ese viaje increíble. 100% recomendable! Uno de los tantos imperdibles de Mexico que no deja de sorprendernos!
Hermoso Ali! Definitivamente un viaje que tengo pendiente. Gracias por tan lindo post!
Un viaje inolvidable! hermosas fotos como siempre! Y ahora con el tren nuevo debe ser aún más linda la experiencia.
Excelente recomendación Ali Bellísimo el paisaje , las fotos son maravillosas, ya está puesto en la lista de próximos destinos Gracias!