Recorrer las calles de New York siempre es un plan tentador. Aunque solo tengas dos días y medio en la Gran Manzana puedes aprovecharlos para recorrer los clásicos de esta maravillosa y única ciudad.
Esta vez el plan principal del viaje era ver un partido de la Copa América en familia, con lo cual el resto se acomodó alrededor de ello.
Para aprovechar con todo, primer día, caminata full por la ciudad. Arrancamos a la mañana temprano por la Quinta Avenida bordeando el Central Park a los clásicos, Plaza Hotel, la Iglesia de San Patricio y Rockefeller Center.
Nos desviamos a Broadway para ver los carteles multicolores que iluminan la ciudad cualquiera sea el horario el día. Punto icónico con sus teatros y musicales.
Un pretzel con café mientras avanzamos a Bryant Park, otro preferido, con vistas al Empire State y a mi máximo, el Chrysler, con su cúpula única de acero y acabados Art Deco
Una pasada por la Biblioteca Pública de New York, con su arquitectura monumental, para seguir hasta el Flatiron, el que fue uno de los edificios más altos de la ciudad en 1902, cuando acabó su construcción de 22 plantas. Al lado del Fatiron disfrutamos del portal que conecta en tiempo real a New York con Dublín, para atracción de los locales y visitantes.
Terminando el día, pasamos por la Grand Estación Central, con su techo, un mural bellísimo que representa el cielo con las constelaciones del zodíaco, con más de 2500 estrellas, el ambiente, las lámparas y boleterías maravillosas, que nos llevan a un siglo atrás. Volvemos por una caminata al Central Park, el pulmón verde de la ciudad y entramos al Museo Metropolitano.
En el MET disfrutamos algunas salas, las que mas me gustan, imposible no pasar por el impresionismo, con la obra de Van Gogh, Monet, también Cézanne y Matisse, así como otros clásicos de principios del Siglo XX y el pabellón egipcio.
Cerramos con una rica comida en una trattoria italiana y unos helados increíbles en Anita, después de mas de 25.000 pasos caminados.
El segundo día arrancamos en Hudson Yards, en el Vessel, obra de Thomas Heatherwick, una estructura reciente inaugurada en 2019. Luego recorremos el High Line, un parque lineal que se construyó sobre los raíles de una antigua vía ferroviaria, con las vistas a la ciudad y el arte en el recorrido. Paramos en el Chelsea Market, un paraíso culinario, gourmet, que se construyó en antigua fábrica de galletitas y continuamos hasta el Museo Whitney. Este está especializado en arte estadounidense del Siglo XX.
De allí nos acercamos a Little Island, una isla artificial en el muelle 55. Este parque público, con las mejores vistas al One World Trade Center, cuenta con un teatro al aire libre y algunos lugares para tomar unos snacks. Bajo un sol intenso de verano disfrutamos de este espacio verde con vistas a New Jersey y a la escultura de Jaume Plensa.
Avanzamos hacia West Village y hacemos una parada para comer en uno de los restaurantes bonitos de la zona, el Via Carota. Caminamos el barrio entre negocios maravillosamente cuidados en su decoración y oferta, mientras soñamos con los personajes de algunas series como Carrie de Sex and the City y Rachel de Friends para irnos hacia Washington Square.
Ya en Greenwich Village, bajo el arco, me siento Meg Ryan en Cuando Harry conoció a Sally. Allí los personajes se separan después de un largo viaje desde la universidad. Músicos y artistas callejeros nos rodean mientras tomamos la Quinta Avenida en su nacimiento para volver hacia Midtown. Quién no se siente en medio de alguna película en New York?
Ultima mañana no hay tiempo para miradores y museos esta vez, pero si para caminarla y disfrutarla desde el ritmo de la ciudad. Una ciudad que nunca duerme, que siempre atrae por su magia, su movimiento.
Como siempre, Nueva York, es mi lego preferido. La forma que los edificios se insertan, se mezclan, se juntan, se superponen, me apasiona. Una ciudad que se construye día a día y el skyline cambia y nos sorprende.
Me encanta disfrutar su arquitectura, los estilos, sus vidrieras, las clásicas tiendas, así como sus olores, la gastronomía, su gente, su ritmo, un ambiente más que cosmopolita.
Una ciudad que podría visitar mil veces más, porque siempre me ilusiona, me encanta, me divierte, que crece y se renueva y que tiene todo lo que me gusta de una gran urbe, por eso siempre NYC, es y será mi ciudad preferida para turistear.
Que lindas fotos Ali! muy buen recorrido para dos días.
Una ciudad deslumbrante! Me encantó la nota!💜