Ya les conté como me encaminé en estos paseos. Empezaron con mi inquietud de transmitir lo que México me daba y así fue que apareció Experimenta Cultura en IG y Facebook, para luego dar un pasito más y llegar a la web y a este blog, que nos permitirá conocernos un poco más, ampliar los paseos y recorridos y avanzar en nuevas experiencias.
Desde que estoy en la CDMX, he recorrido tantos museos, exposiciones, pueblos mágicos, que si miro para atrás me parece una película que me lleno de conocimientos casi sin querer. ¿Qué cuántos museos visité estos años?. No sé realmente, fueron muchos y muchas veces a los mismos. Hay algunos lugares que te atrapan y siempre quieres volver a visitarlos. No sé si se vuelven espectaculares porque nuestra mente los liga a un lindo recuerdo o si realmente son tan impresionantes que no puedes dejar de visitarlos.
Tengo mi lista de lugares preferidos, como el centro histórico, que me encanta porque siempre descubro lugares nuevos, la historia o leyenda a su alrededor.
El Palacio Nacional de Bellas Artes, imposible pasar desapercibido. Su belleza encandila, lo hace presente aunque estemos ocupados o pasemos rápido por Juárez o el Eje Central.
El Templo Mayor junto a la Catedral, que decir, tanta historia atrapada en ese rincón, tantas veces leído en los manuales escolares, en películas y ahí lo tenemos con todas sus piezas arqueológicas, los templos a Huitzilopochtli y a Tlaloc, con sus leyendas y tradiciones.
Coyoacán y San Angel, son dos barrios, de los más lindos de la Ciudad. Me encantan porque son bohemios y mucha parte de la vida intelectual y artística de los años 30 a los 50 pasaron por ahí y eso me apasiona. Muchos personajes aparecen en esos años. Ir hilando la historia y uniendo personajes es lo que más disfruto en los recorridos.
Coyoacán tiene el encanto mismo de Frida en la Calle Londres y a Trotsky en la Calle Viena. Imposible no pensar en parte de la historia que se tejió entre esas callecitas a fines de los años 30.
San Angel con sus rincones de casitas para perdernos caminando entre sus calles de piedras, con las buganvilias en flor y las placitas casi mágicas de la Iglesia de San Jacinto y de los Arcángeles. La calle Árbol es encantadora y los artistas y artesanos en su plaza principal, es imposible evitar pararnos y querer llevarnos su obra a nuestras casas.
Y un lugar, que nunca me canso de ir, es Teotihuacán, será que es el “lugar donde los hombres se convierten en Dioses”, como dice su nombre. Pero tiene una magia increíble. Subir las pirámides, contemplar el Valle de México y pensar que esa gran civilización vivió ahí es algo que me atrae siempre. Ojalá algún día me anime a subir a un globo para contemplar lo magno de este pueblo, que allí habitó hasta los 800 de nuestra era.
Los espero para seguir descubriendo más de mi México, de nuestro México.
Una idea estupenda que agradecemos enormemente , siempre atenta , siempre tan profesional Siempre es un placer Participar de tus salidas culturales se los recomiendo ampliamente!!