Después de diez años de vivir en México y luego de tantas recomendaciones, finalmente a principios de año conocí la ciudad de OAXACA y fue mucho más de lo que me imaginé. Estas vacaciones queríamos conocer algo más de playas mexicanas y finalmente nos decidimos por las playas oaxaqueñas. Así es como OAXACA fue el estado elegido por partida doble este año.
Salió Huatulco. Queríamos disfrutar del mar y sabíamos que era una zona de bahías, que estaba muy bueno para el snorkel y las actividades acuáticas.
Huatulco, significa “lugar donde se adora al madero”. A una hora y tantito de avión desde la CDMX, está este paradisíaco destino, donde ya desde las alturas te enamoras al ver las bahías de agua transparente en medio de la vegetación selvática.
En el Parque Nacional Bahías de Huatulco encontrarás nueve bahías con más de 36 playas, de distinta belleza, con distintos oleajes y colores. Se encuentran arrecifes de coral, así como una selva caducifolia, la cual los lugareños llaman mágica. En verano la vegetación es frondosa y muy verde, por las lluvias, pero según cuentan, será marrón en la estación siguiente cuando los árboles pierdan las hojas en la época desfavorable.
Nosotros nos alojamos en la bahía de Tangolunda, donde hay varios hoteles de cadena y se puede disfrutar de la playa, del snorkel y la vela. También salen paseos a diario que te permiten recorrer las distintas bahías y apreciar la flora y la fauna del lugar.
Las nueve Bahías de Huatulco son: Conejos, Tangolunda, Chahue, Santa Cruz, Órgano y Maguey, Cacaluta, Chachacual, Jicaral y San Agustín.
Nuestro tour de bahías, inició en la Bahía de Santa Cruz, la central de Huatulco y de donde parten las embarcaciones privadas, catamaranes y tours colectivos. Hicimos dos paradas, llegando casi al extremo en Chachacual, lugar ideal para el snorkel, en aguas transparentes y una playa casi virgen, con muy pocos servicios, pero de una belleza única.
Luego seguiremos a bahía Órgano y Maguey, donde el color del agua es verde, cálida y simplemente maravillosa. Ahí se encuentran varios restaurantes donde se puede comer algunas delicias de la cocina autóctona, como piña rellena de mariscos, camaroncillas, algún pescado a la talla, el aguachile de camarón.
Mientras seguimos nuestro recorrido pasamos por distintas playas, El Violín, La Entrega, lugar donde Vicente Guerrero fue entregado como prisionero y El Faro. Las vistas al Pacífico son increíbles, desde aguas brotantes, paredones de roca y zonas más selváticas.
En el medio del mar cruzamos en varias ocasiones tortugas y el paisaje es maravilloso. El oleaje, a veces más intenso, rompe en la costa rocosa.
Al final del día regresamos al puerto y luego nos desplazamos hasta nuestro hotel.
Disfrutamos de los días restantes entre las actividades acuáticas, la buena comida, la lectura y el relax. Sin dudas un lugar muy familiar, de aguas cálidas y transparentes, las que invitan a largos baños de mar.
Unas vacaciones bonitas. Felices de haber elegido "exitosamente", por partida doble, este año, OAXACA.
Bellísimo lugar !!! Para agregar en la lista de favoritos para un próximo viaje a México !