Santiago de Querétaro es una ciudad a la que me gusta volver siempre, por su arquitectura colonial, su gastronomía, sus jardines y la proximidad a otros centros turísticos.
Estas vacaciones no teníamos muchos días y nos escapamos de la CDMX, con ganas de disfrutar en esta oportunidad el centro histórico.
La opción fue elegir un hotel con alberca para pasar ahí las horas de calor queretano y ya salir a disfrutar a la mañana temprano o a la tardecita las atracciones turísticas así como las terrazas, de esas que abundan en los alrededores de sus plazas o en sus corredores.
De nuestros paseos, me encanta por su imponencia, el Templo y Ex Convento de San Agustín.
Hoy, el espacio que fue convento, es el Museo de Arte de Querétaro. Su patio colonial barroco es uno de los tesoros que guarda esta ciudad.
La fuente y su escalera resaltan, por el trabajo detallado de la factura, la primera, y por la magnitud del espacio la segunda.
Siempre siento que las puertas y las escaleras de los edificios antiguos nos hablan de su historia, del tiempo pasado y de los personajes que los habitaron.
Un espacio que no pueden dejar de visitar en su paso por la ciudad, ademas de disfrutar de las exposiciones que siempre se presentan en sus salas.
Otro imperdible es el Templo de Santa Rosa de Viterbo.
Una obra del barroco queretano del Siglo XVIII. De una sola nave, con una torre con un campanario de dos cuerpos, con reloj y una fachada de influencia árabe, no pasa desapercibida.
Como en todos los recorridos, no faltan las artesanías, el disfrute gastronómico y otros museos como el Museo Regional de Querétaro y el Museo de la Ciudad, donde fuera el Convento de San José de Gracia de las Religiosas Capuchinas.
En este convento residió Maximiliano de Habsburgo antes de ser ejecutado en el Cerro de las Campanas.
Mucha historia entre sus calles, Iglesias, su Acueducto de piedra rosa, su arte, la presencia de "La Corregidora" entre otros, hacen de Querétaro una ciudad para visitarla y recorrerla siempre.
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