El primer tour que tomé en la Ciudad de México, fue de los más clásicos que se ofrecen, Teotihuacán y la Villa de la Virgen de Guadalupe. Los dos lugares que te generan más interés conocer como extranjera que soy.
Todo lo que visitamos ese día me enamoró. Pasar por la Plaza de las Tres Culturas, te hace caer en cuenta que lo prehispánico, lo colonial y la modernidad están permanentemente conviviendo en esta Ciudad y que todo ese caudal cultural está ahí ofreciéndose para que lo descubras y lo disfrutes.
Ese día, decidí que llevaría un diario de viaje, donde volcaría todos mis paseos y experiencias en este país, una especie de diario cultural. Eso me haría sentir más cerca de esta tierra desconocida, a la que llegaba ya madura y con una vida organizada. Era volver a empezar y sentirme parte de una cultura latinoamericana también, pero distinta. Incorporé palabras nuevas a mi léxico, pero más me gustó escuchar otras que me dirigían como “bonita”, “señorita”, “tantito” y “mero”. Todo suena más armonioso y suave acá. Y así fue como México y yo nos fuimos enamorando. Teotihuacán y la Virgen hicieron algo en mi ese día, sentí que SI podía vivir acá y que podía sentirme parte.
Teotihuacán es un lugar muy especial y el que más veces visité. Las Pirámides del Sol, la Luna y de la Serpiente Emplumada. Esta última con su ornamentación es bellísima. Las cabezas de serpiente, los mascarones de Tlaloc, con los cuadrantes de maíz, el alimento principal del pueblo prehispánico.
La Calzada de los Muertos, eje principal de toda la ciudad, recorrerla te hace sentir la inmensidad de este poderío. Comienza frente a la Pirámide de la Luna y se prolonga hacia La Ciudadela. Nunca puede faltar llevarse el detallito de obsidiana y los jaguares que rugen al paso de los turistas. El Sol que siempre se siente fuerte, los escalones que dan un poco de vértigo al bajar, por lo angostos que son.
Imperdible pasar por el Restaurante La Gruta, en las proximidades de la puerta 5. Disfrutarás de una comida mexicana, en una amplia cavidad volcánica, rodeada de vegetación y en una atmósfera mística. Al finalizar llevarás una vela a lo profundo de la gruta, en una especie de ritual, que simboliza la energía renovada de nuestra alma al regresar a la Madre Tierra.
Y luego del recorrido, de beber mezcal y comprar artesanías, terminamos en la Villa de la Virgen de Guadalupe, un lugar que te emociona, porque la Virgen es protectora de todo México, ya sin importar la religión que profeses.
Ahí visitamos las distintas iglesias y la actual Basílica. La aparición de la Virgen al indio Juan Diego, en medio de rosas en 1531, es uno de los momentos más sagrados del Nican Mopohua, el relato náhuatl de las apariciones Marianas en el Cerro del Tepeyac.
Espero que hayan disfrutado del recorrido, tanto como yo y los espero para compartir otros relatos.
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También llegue y fue el primer tour q hice !! Recuerdos de hace 16 años atras , tu recomendación seguro sera muy util para el recién llegado!
Hermoso paseo para comenzar a conocer la ciudad!!
Qué lindo relato Ali! Gracias por inspirarnos!