Si buscas un lugar donde reine la naturaleza y despejarte del stress, bajo un concepto ecológico, Holbox, es “El Lugar”. Una Isla al Norte del Caribe Mexicano, en la Reserva Ecológica de Yum Balam, en Quintana Roo.
Ahí nos fuimos con varias familias amigas, vuelo a Cancún, camión a Chiquilá y de ahí un ferry a la Isla de Holbox. El viaje lleva su tiempo, pero recuerda que el paraíso te espera.
Cuando llegas al puerto, solo bicicletas y carros de golf serán los taxis que te llevarán a tu morada. Será un must viajar liviano. Un par de chanclas, tu traje de baño y algunas prendas más te alcanzarán para la estadía.
El pequeño pueblo te espera, sin apuro, solo para disfrutar, con sus calles de arena, sus restaurantes, bares, su street art, los artesanos alrededor de la plaza y el encanto de noches a la luz de las estrellas y a la vera del mar.
Un mar cristalino, esmeralda, de playas blancas, con poca gente, para estar en contacto con la flora y fauna del lugar. Pasarte horas al sol, con un libro, un trago, jugar en el agua transparente con pequeños peces que pasan entre tus pies y hasta unas amigables rayas que compartirán tu estadía.
Puedes recorrer la Isla Pájaros y la Isla Pasión, con lanchas que te llevan a hacer snorkel y buceo, para llegar luego al Cabo Catoche, donde termina el Golfo de México e inicia el Mar Caribe, comer un ceviche preparado de tu pesca y terminar el recorrido entre manglares y flamencos en Punta Mosquito.
También podrás nadar con el tiburón ballena, el pez más grande del mundo y experimentar el fenómeno natural de la bioluminiscencia. Para disfrutar estas experiencias deberás tener en cuenta la temporada.
Caminar por las largas playas y tirarte en las clásicas hamacas, que tantas veces viste en Instagram, retratarte mil veces y salir en kayaks, practicar kitesurf y parapente.
Pasear en bicicleta y llegar a un atardecer a Punta Cocos, cuando todo se tiñe naranja, y tener las mejores vistas de la caída del sol.
A la noche alguna comida en los restaurantes del centro, para saborear una langosta o algún otro manjar marítimo, en un ambiente rústico de maderas y a la luz de las velas, una caminata y unos helados para los más pequeños.
Disfrutar de la paz de una noche de playa al claro de luna que baña la inmensa oscuridad y te permite ver el cielo regado de las más lindas estrellas.
Y así los días se pasan, relax, no relojes, tranquilidad, silencio, anteojos de sol y todo en slow.
Unos días más tarde nos toca regresar y deshacer todos los kilómetros recorridos, en los distintos transportes, que nos llevarán al aeropuerto de Cancún. Ahí, en ese preciso momento en que el carrito de golf, nuestro taxi, nos lleva al embarcadero, empiezan a terminarse las vacaciones más hippies pero en el ambiente más chic que se pude esperar.
Q liiiindoooo Holbox.... ese pueblito tan rústico es bellísimo, sus hamacas en el mar y esas playas blancas con ese color turquesa del agua ... lo más parecido al paraíso
Que lugar más lindo Ali! Es un pendiente en Mex.. que ya tocará!
Hermoso lugar y hermoso viaje❤️❤️❤️ Un imperdible de nuestro México Lindo.
Tal cual Alis el paraiso mismo. Recomiendo mucho el nado con el tiburón Ballena una experiencia q no olvidaras nunca en tu vida !
Maravillosoooo