Todavía recuerdo el primer Grito de la Independencia en la CDMX.
Mis padres habían venido a visitarnos, primera vez en la Ciudad y en esta fiesta tan especial, para este pueblo que celebra todo, que empieza con la Patria en septiembre, para luego seguir a Día de Muertos, las Fiestas Navideñas y sus Posadas, Año Nuevo, Reyes y terminar en febrero con la Virgen de la Candelaria.
El abanico festivo es amplio, abarca varios meses y se amplifica a las comidas, la decoración y hasta las flores del Paseo de la Reforma, que irán cambiando de color, según el mes del calendario.
Ya desde los primeros días de septiembre todo se pinta con los colores patrios, el verde, blanco y rojo están presentes en las calles. Las banderas y el papel picado decoran edificios públicos, privados, colegios, bares y restaurantes.
Desde agosto se ofrece el platillo típico de la estación, el Chile en Nogada, un chile poblano capeado, relleno de un guisado de picadillo y frutas y cubierto de una crema de nuez moscada que se acaba con granos de granada.
El chile poblano aportará el verde, la crema el blanco y la granada el rojo, para representar los colores de la bandera mexicana y se servirán en todos los restaurantes del país, así como se dice, fue servido en Puebla a Agustín de Iturbide en 1821, cuando con el Ejército Trigarante pasó camino a la CDMX.
Los puestos de recuerditos patrios se ponen en las esquinas, llenos de banderas, trajes típicos, sombreros y fajas tricolores.
El Zócalo con sus clásicos arreglos luminosos, el Viva México y el Escudo se instalan en los distintos edificios que rodean a la Plaza de la Constitución.
Todo empieza a estar listo para esa gran noche, la del 15 de septiembre, cuando desde el Balcón del Palacio Nacional, el Presidente de la República salude al pueblo reunido en el Zócalo capitalino.
La ceremonia se repetirá en la Capital de cada uno de los Estados del país, en los municipios y hasta en las representaciones extranjeras.
Y esa noche, en familia, esperamos ansiosos la ceremonia que viviríamos por vez primera, esa donde los héroes de la Independencia mexicana serían recordados y celebrados.
Cerca de medianoche, el Presidente salió al Balcón con la Bandera Nacional, y dirigiendo una arenga al son de Viva!!!, se escucharon los nombres de los que hicieron la Independencia, allá por 1810, cuando el Cura Miguel Hidalgo y Costilla tocó la Campana de la Parroquia de Hidalgo y junto a Aldama y Allende, iniciarían el proceso de la Independencia mexicana.
“¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria y libertad!
¡Viva Hidalgo!
¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende!
¡Vivan Aldama y Matamoros!
¡Viva la Independencia Nacional!
¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!”
Suena la campana, la de Hidalgo, la bandera ondea en el Balcón y se canta el Himno Nacional.
Ahí caemos en la cuenta de que estamos emocionados por estos festejos y que nos sentimos un poco en casa, en un país que nos cobijará por los próximos años.
Comienzan los fuegos artificiales, la gente festeja en las calles y la mañana nos despertará con los aviones que pasan iniciando el desfile militar del 16 de septiembre.
Y ahí retumbará en nuestros oídos y en nuestro corazón, el ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
Hermosa descripción de nuestras fiestas Ali, gracia.. 😁🇲🇽
También sentí al llegar a México lo extraño de su festejo para nosotros, y con el tiempo me convencí de que esa es la mejor manera de recordar a nuestros seres queridos que ya nos han dejado: con colores, sonrisas y alegría.
Colores verde, blanco y rojo para esta celebración, siguen naranja, morado y negro para muertos, rojo y verde otra vez para Navidad, Mexico es color y se ve en la alegria de sus festejos.
¡Belleza total, la ciudad engalanada para festejar su independencia!
Que emocionante recordarlo Ali! elegiste muy lindas fotos. Viva México!